jueves, 18 de octubre de 2012

Es cierto, estos días son horribles. El mal tiempo, la lluvia junto al frío. El no saber que hacer, donde ir. 
Pero sin duda son los mejores días para perderse caminando. Para encontrarse a escondidas con uno mismo pensando en lo que hace que últimamente estés echo mierda.
El cuarto vacío, como yo ahora mismo. Sin nada, sin nadie. Simplemente siendo, sin darle mas vueltas al asunto. A punto de explotar por tanto pensarlo. Tan arriba rozando el suelo. Repasando cada etapa de una vida pasada, planeando tontamente su futuro. Pero ¿para que planear? Nunca sale bien. Las cosas van y vienen por decisión propia, es imposible influenciarlas. Puedes ayudarlas a elegir su camino pero es muy probable que lo que consigas sea apartarlas de lo que quieres aun habiendo sido ese su destino.
Destino. Mucha gente cree en esa palabra, en su significado. El destino. Que las cosas suceden por algo, que ya estaba escrito mucho antes de que pasaran. Por el contrario hay quien dice que las cosas suceden por que si y que no hay que buscarles sentido alguno pues no lo hallarás. Me preguntan: ¿y tú? ¿en que crees? Me lo he planteado lo suficiente como para verle tan parte cierta a una teoría que a otra y no consigo decidirme por ninguna. Supongo que hay momentos en la vida que aunque no tengan explicación sientes que han pasado por cosa del destino y sin embargo hay otras muchas que suceden y punto, sin razón alguna y mucho menos sin ser cosa del destino. 
No, no me decido por ninguna y no creo que nunca lo haga. Las cosas suceden por que si de eso estoy segura, pero hay veces que sucede algo que verdaderamente tiene que ser cosa del destino. Hay un poco de todo, y aunque digan que no se puede apoyar dos teorías que se contradicen, ahora mismo simplemente me quedo suspensa en medio. En la nada. Acompañada del por que si y del destino. No me importa que sea cierto, en verdad ya nada es cierto. Tan solo esto, la nada. 

miércoles, 17 de octubre de 2012

Guárdame un poquito de primavera, que llega el invierno y no se como afrontarlo.
Volvería sin duda a ese lugar sin saber a cual me refiero. Ahora mismo recorrería mil y un senderos hasta llegar a ese destino desconocido. ¿Y que más? ¿Qué puede esperarme peor? No queda nada, y este tiempo no ayuda. Congelando mis mejillas y acurrucando los dedos de mis pies.
Enlazando los dedos se ve distinto. Pero no hay como hacerlo así que ni lo planteo.
Volver, dirigir, cambiar. Todo igual, nada es lo mismo. Voy y vengo. Me quedo y me desespero. Y no puedo más, no hoy. Ni ayer. Y lo más seguro es que mañana esté aun peor, o puede que no.
Pero no tengo como escapar, no encuentro la solución. Y si, se que la vida es así y que cada uno tiene que buscar sus propios caminos que le hagan salir de otros o seguir estos mismos, pero me veo rodeada de nada. ¿Y que más? No hay más. Tan solo la nada, que aun queriendo decir algo a partir de esa palabra no podría explicar el qué pues es tan complejo que solo ella puede describirlo. Nada, nada, nada. No hay mas que un puñado de nada.
Y camino sin sentido buscando alguna respuesta, una mirada que me de la solución que busco. Que me aporte algo, lo mas mínimo. Pero ya ni miran, ni se molestan en hacerlo. Así que sigo, adelante, sin miedo. Sin dudarlo. No pueden verte dudar, eres fuerte y puedes hacerlo. Y se repite una y otra vez en mi cabeza. No pueden verte dudar, eres fuerte y puedes hacerlo.
No tengo miedo alguno, no dudo de mi misma. No es ese el caso, ya no. Pero hay algo, algo oscuro ahí fuera. Y aun que suene de locos, estoy deseando desenmascararlo y después...
Guárdame un poquito de primavera, que llega el invierno y no se como afrontarlo.