sábado, 31 de octubre de 2009

Como cuando nada importaba.


Vuelta al pasado. Risas, enfados tontos por quien se queda con el cubo de la arena. Coletas con lazos y conejos. Vestidos ensuciados por el barro. Mas risas. Edad. Cuatro años.
Que facilidad para reirse en todo momento. Que facilidad de quitarle importancia a las cosas. Que bonito era todo. Y ahora, ¿donde quedó todo eso? Le damos demasiada importancia a las cosas, hacemos de un grano de arena una montaña. Nos ahogamos en un vaso de agua sin pensar las cosas dos veces. Somos tontos, eso es. Cuando eramos chicos, no lo pensabamos, simplemente haciamos cosas de estupidos. Cosas que nos hacian feliz. Y si uno te molestaba siempre acababas haciendote su amiga, aunque te callera mal, porque la maldad en esa edad no existia. No, tampoco estoy diciendo que tenga cincuenta años y que no alla vuelta a atras. Si, si que la hay. A partir de ahora le dare menos importancia a las cosas. Si alguien se mete conmigo, asi es feliz, no soy nadie para decirle que no lo haga. Si la persona que quiero no me responde del mismo modo, sonrisa y a tirar para adelante. Y si alguien intenta hacerme daño, intentare olvidarlo como antes hacia.
Paso de sufrir. Paso de ser una persona triste y abandonada. No. No soy asi, no quiero serlo. Soy la persona con mas autoestima que conozco. O por lo menos intento serlo. Me joden, me pisan, me hacen daño, se rien de mi, juegan conmigo, me tratan como no me merezco, y aqui estoy, sonriendo, tirando para adelante, finjiendo delante del mundo que estoy bien. Diciendo que todo lo que ha pasado no me afecta. Creyendome yo mis propias mentiras.
Buenas noches, te quiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario