lunes, 5 de octubre de 2009

Una hora tresmil seiscientos segundos.


Encuentros a escondidas. Besos secretos. Caricias en silencio. Amor sin medidas. Una historia de amor como la que todas una vez soñamos. Tus manos rozando poco a poco mi cuerpo desnudo. Tus labios besando mi dulce piel. De repente, miedo. Tus ojos clavados fijamente en los mios, tu sonrisa, un susurro al oido. Me pierdo en tu cuerpo. Te abrazo. Soy solo tuya. Te agarro por la espalda y un silencio abunda el cuarto. Te quiero. Siempre me lo dice, siempre hace que me lo crea y asi, puedo estar segura de lo que hago. Son tan perfectos esos segundos. Nuestros primeros segundos, tan conocidos para el, tan extraños para mi. Recuerdo la primera vez que dije a todo el mundo que estaba con el, juntos. Me dijeron que me aria daño, que no estabamos echo el uno para el otro. Polos opuestos decian mis amigas. Pero yo siempre supe que el era todo lo que queria, y que no me iba con el por su fisico, por su persona o por su trato con la gente, si no por como me trataba a mi, por como me hacia sentir y por como nos queriamos mutuamente. Pasan los dias y le sigo queriendo tanto como el primer dia, incluso mas. Es lo mas grande que tengo en este mundo.
¡RIIIIIIIIIIIIIIIN! El puto telefono siempre me despierta joder. Una vez mas, el mismo sueño de cada noche. El, yo, nosotros. ¿Jamas sera verdad?
Buenos dias mundo.

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